La luna
se ha puesto roja
con su bufanda de plata:
Me mira, tierna la luna
y yo no quiero mirarla:
Sus ojos intempestivos
me saben a madrugada
y, soberbios a los míos
me intimidan y maltratan:
Que pasen de largo a largo y muerdan a la gitana
o se arrastren sobre peñas, donde la muerte es barata....
Cuando me inquiere la luna, yo no deseo mirarla !
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