Levantada en tus pequeños arcos
colocas tu frente en mi hombro.
Eres cálida rosa diminuta
que ondea bajo constelaciones.
Eres aquel paréntesis de carne
donde pierdo mi sangre y mis saberes.
Corola blanca que palpita
entre los arcoíris de mi pecho.
El mundo está reservado para nosotros
y para las manifestaciones de nuestra entrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario