Lugar de locos
que se escurren al tránsito:
Sitio de trastornados
que en su nombre se cobijan.
Paradero de los que pierden la sesera.
Manicomio para la risa: es real y reciente.
Aquí el bellaco hace sus veleidades
y escapa remojado en la cresta de una ola.
Ciudadela de palabras que se consumen a diario
en la terrible ingesta de las sedes profundas.
Las bufonadas como en los tiempos de Pericles
y los transgredidos llevando su maltrato.
En ésta ciudad de papel yo gesticulo
cada vez que me lo permiten los barrotes de mi celda.
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