Me hallo tendido en las barriadas:
Dos árboles entran por mís ojos.
Me hacen pensar en frutos seminales.
Me hacen soñar con poblar la pradera.
Yo les arranco su tejido óseo
y vuelvo a ver la luz y tener retentiva.
La naturaleza aquí es perversa
y hago de mis manos escopetas.
Hay repetición de dibujos místicos
y nalgas fofas y enanismo.
La noche es una esfera lenta
y mi cuerpo se hace intermitencia.
La noche febríl suelta sus cambios
y hay separaciones y enojos reconciliados.
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